jueves, 30 de agosto de 2012

Mensaje del Papa Benedicto XVI para la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2012

El Papa nos habla de la misericordia de Dios para con todos, sin hacer acepción de personas, centrando su mirada en el problema social y global de la emigración y de los refugiados. Miles de personas están padeciendo el dolor de tener que dejar su patria a causa del hambre, la persecución religiosa o política, por las guerras desatadas en muchas partes del mundo. Estos hermanos necesitan una amorosa acogida de parte de los países donde acuden. Es verdad que los gobiernos amparados en leyes de protección de fronteras y del Estado, son rigurosas y prácticamente rechazan a estas personas. Entonces es la sociedad y los que la componen, las personas, las que deber abrir los corazones para recibir a estos hermanos y compadecerse de su dolor, como lo hace Cristo, siendo que él mismo sufrió el desconocimiento, el rechazo y la ingratitud de sus coterráneos, de ahí su lamentación "Sólo en su tierra un profeta es despreciado". Oremos y elevemos nuestras plegarias por estos hermanos. Laudetur Iesus Christus

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